domingo, 2 de octubre de 2016

ALFREDO JIMENEZ CABELLO


Matador de toros español, nacido en Sevilla el 25 de septiembre de 1930, y muerto el 6 de agosto de 1971. Era primo hermano de otro célebre estoqueador hispalense, Manuel González Cabello, bajo cuya protección logró el joven Alfredo Jiménez meter la cabeza en el restringido círculo del toreo. 

Después de haberse curtido en la difícil lidia de tientas, capeas y cuantos festejos menores se celebraban en su comarca, el día 5 de septiembre de 1948 hizo su debut en una novillada asistida por el concurso de la gente de vara y castoreño, en la que compartió carteles con los jóvenes novilleros "Minuto" y "Cabrerito". A raíz de esta presentación en una plaza de primera vio cómo crecía el número de contratos que se le ofrecían, aumentó que aprovechó a conciencia para estar preparado a la hora de comparecer ante la primera afición del mundo. 

Tan serio compromiso tuvo lugar dos años más tarde, el día 12 de marzo de 1950, fecha en la que los carteles de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid) anunciaban la presencia de los novilleros "Morenito de Talavera Chico", Antonio Ordóñez y el susodicho Alfredo Jiménez Cabello, encargados de muletear y despachar a estoque a seis novillos pertenecientes a la vacada de don Manuel Arranz. Por aquel entonces ya estaba el animoso Alfredo Jiménez más que placeado, como lo prueban las veinte novilladas en que intervino aquel año antes de hacerse acreedor a la borla de doctor en tauromaquia. 

Aprovechando, pues, la madurez y capacitación mostradas para dar un paso tan importante, el día 29 de septiembre de 1950 cruzó el redondel de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, dispuesto a recibir la alternativa que había de otorgarle su padrino, el mencionado Manuel González Cabello; el cual, bajo la atenta mirada del coletudo portugués Manuel dos Santos Pires, que comparecía en calidad de testigo, facultó a su primo para que trasteara y despenara a estoque a un toro que había pastado en las dehesas de don Felipe Bartolomé, y que atendía a la voz de Pavito. 

A pesar de que apenas quedaba un mes de temporada, Antonio Jiménez Cabello remató aquella de 1950 habiendo lidiado cinco corridas en calidad de matador de toros. Sin embargo, estos buenos presagios no se renovaron al año siguiente, en el que sólo se le ofrecieron diez ajustes. Uno de ellos, que le sirvió para confirmar en Madrid la validez de su inclusión en el gremio de los matadores alternativados, se verificó en la plaza Monumental de Las Ventas el día 22 de abril de dicha temporada de 1951, fecha en la que Antonio Jiménez se presentó apadrinado por el espada sevillano Manuel Álvarez Pruaño ("El Andaluz"), y acompañado por el soberbio estoqueador gaditano Rafael Ortega Domínguez, que hacía las veces de testigo. Aquella tarde se lidió un encierro perteneciente a la ganadería de Benítez Cubero. 

La mencionada escasez de ofertas que amenazaba su incipiente carrera le obligó a buscar otras posibilidades en tierras hispanoamericanas, en donde firmó varios contratos (sobre todo, en México) durante las campañas de 1954 y 1955. De retorno a la Península Ibérica, abandonó el ejercicio activo del toreo y se retiró a su Sevilla natal, en donde una dolencia incurable le arrebató la vida cuando aún no había cumplido los cuarenta y un años de edad.

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