sábado, 11 de junio de 2016

PEPITO SOLER.



Es un hombre polifacético. Si se le alude por su nombre completo, José Antonio Soler Ródenas, probablemente no le conocerán más allá de su familia, pero si el nombre se reduce a Pepe Soler, seguro que aumenta el conocimiento del personaje, el cual empezó como Pepito en el mundo de los toros y que, cuando perdió el diminutivo, fuera ya del toreo, empezó a construirse el curriculum de un destacado profesional en el mundo de la fisioterapéutica, primero, y de la osteopatía. Matador de toros nacido en Murcia el 5 de agosto de 1957, de muy precoz vocación torera. Viste su primer traje de luces, tras haber lucido en repetidas ocasiones el traje corto campero, el 12 de agosto de 1973 en Cartagena. Durante la siguiente campaña torea en festejos económicos, en buen número de ocasiones, abundando los triunfos como el obtenido en Villena el 27 de octubre, donde alterna con Enrique Martínez “El Quieto” y Ángel Lizán en la lidia de cuatro novillotes de Justo San Miguel y dos de Colmenarejo Hermanos. En tal ocasión le concedieron una oreja de cada una de las reses de su lote. Al presentarse en corrida con caballos el 23 de marzo de 1975 en Jumilla saldría a hombros del coso. Terminó tal campaña con catorce actuaciones en novilladas picadas y se acusa un descenso en los siguientes años al no superar la decena en 1976 y torear solamente en tres ocasiones en 1977. Antes de tomar la alternativa interviene en 1979 en 14 novilladas entre las que es de justicia destacar las del 29 de abril y 11 de mayo. En la primera se enfrenta en el coso carabanchelero de Vista Alegre con seis reses de Bernardino García Fonseca, cortando una oreja a las corridas en cuarto y sexto lugar, mientras en la segunda, celebrada en la plaza de Benidorm alterna con Juan Antonio Ruiz “Espartaco” y Pepín Jiménez en la lidia de ganado de Ignacio Pérez-Tabernero y triunfa rotundamente al cortar una oreja de su primer enemigo y las dos con el aditamento del rabo, en el restante de su lote. La cruz de la moneda se presenta en El Tiemblo (Ávila), donde un cornúpeta de Jiménez Pasquau, de pronóstico muy grave que le contusiona la arteria femoral. Presenciaron el serio percance el espada Juan Palacios y el rejoneador Curro Bedoya. En la feria de su Murcia natal, el 7 de septiembre del citado año 1979, toma la alternativa de manos Manuel Benítez “El Cordobés” quien le cede, en presencia de Sebastián Palomo Linares, la muerte de un toro de la divisa de Antonio Pérez de San Fernando, al que cortaría una oreja, idéntico premio que obtendrían con el astado que cerró plaza. Aún intervino en otro festejo en tal campaña y lo hizo únicamente en cuatro ocasiones al siguiente de 1980, incluida la de su confirmación en Las Ventas el 25 de mayo, con José Antonio Campuzano y Antonio Rubio “Macandro” de padrino y testigo, respectivamente, del protocolo. Se corrieron aquella tarde cinco toros de Luis Albarrán y uno de “Terrubias” y el confirmado dejó pasar sin brillantez tan magnifica oportunidad en pleno serial isidril. Le repiten en Madrid el 17 de agosto para despachar un encierro de Javier Moreno de la Cova y es herido de cierta gravedad en el muslo izquierdo por su primer oponente, en presencia de Crisanto Burgos “El Santi” y José Luis Vargas, que confirmó alternativa. El siguiente 7 de septiembre, al año justo de ser doctorado, haría en Murcia el que sería su postrer paseíllo, junto a Palomo Linares y José María Manzanares, su labor fue muy del agrado de sus paisanos que le otorgaron una oreja de cada uno de los astados de su lote, uno de la ganadería de los hermanos Peralta y otro de la de “Viento verde”. 


Y así acabó la aventura torera de Pepito Soler, que en sus comienzos, hizo concebir esperanzas que no habrían de cumplirse al completo. En la actualidad continua vinculado al mundo taurino al presidir muy eficazmente la Escuela Taurina de Murcia y es propietario de una afamada clinica de osteopatia y fisioterapia.

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