lunes, 6 de octubre de 2014

ANTONIO GALLEGO MARTIN "CADENA"


El día que Antonio Gallego usó reloj de bolsillo se sintió el más feliz de los mortales. Tanto tiempo ostentando cadena, y aun cadenas, sin ir sujeto a ellas cronómetro alguno, era muy lastimoso para su impaciente vanidad de chiquillo presumido. Y tanto pisto se dio adornándose con tales tiras de eslabones, que de esto le viene el apodo que lleva.Nació el 13 de febrero de 1887, pero se le tuvo por madrileño porque en la villa y corte residió desde la edad de tres años. Aprendida la instrucción primaria, se dedicó a varios oficios y fue, entre otras cosas, electricista, grabador en metal y algunos años dependiente en un comercio de tejidos. Ya habla cumplido los veinte de edad cuando se lanzó a tomar parte en las capeas, y en la primera que actuó fue volteado por una resabiada res. Mal principio. ¿Pero quién se amilana por cogida más o menos cuando la "fisión" lo avasalla todo? Antonio Gallego fue lidiador trashumante varios años y perteneció a la caterva de torerillos en estado de canuto cantada por nosotros, nada menos que en verso, en nuestros juveniles años. De tal poema "o así" es aquello que dice:
"Eres bohemia eterna, madre del arte;
el alma tienes hecha con ilusiones,
y vas, si tienes toros, a cualquier parte
y Viajas en los topes de los vagones.
Ruedas por los caminos como una llanta;
por equipaje llevas un capotillo;
te unen estrechos lazos con la carpanta
y no dispones nunca de un mal pitillo".
En el año 1913 vistió por primera vez el traje de luces; fue en las Navas de San Antonio (Segovia); el matador, Demetrio Gil (Burgalés), y como no tenía capote de paseo, hizo éste ciñendo a su cuerpo una muleta. Recomendado por Vicente Pastor, consiguió que la Empresa de Madrid lo sacara para actuar en dicha plaza como banderillero. Y luego, en 1914, se colocó con José Roger (Valencia), siendo éste matador de novillos.

Algunos años toreó suelto, a las órdenes de varios novilleros, y en 1918 formó parte de la cuadrilla de Domingo González (Dominguín), en la que permaneció hasta que en 1921, al tomar la alternativa Nacional II, pasó a la de éste. Fue luego su jefe, desde 1925, Valencia II y desde el año 1928 a las órdenes de Marcial Lalanda , acreditando sus relevantes aptitudes como peón y banderillero. Con los que fueron sus jefes ha realizo a América siete viajes: dos a México y uno al Perú, con Dominguín; uno a México, con Nacional II, y otros dos a México y uno más al Perú, también, con Valencia II. Repetidas veces lo hirieron los toros gravemente: En los comienzos de su peligrosa profesión, un morucho de Valdosadero, en Soria, le infirió una cornada en los riñones. 


En Barcelona (Arenas), el 26 de abril de 1925, un toro de Cruz del Castillo le produjo una herida muy grave en el muslo izquierdo. En Vista-Alegre (Carabanchel), el 19 de marzo de 1927, sufrió de un toro de Avente otra cornada grave en el tercio medio de la misma pierna. En Tomelloso, el 10 de septiembre de 1929, un toro de Justo Puente le hirió de gravedad en el pie derecho. Y en Cádiz, el 31 de marzo de 1930, un astado de Villamarta, le hirió también gravemente, en los testículos. No fue Antonio Gallego el primer lidiador que ostento el apodo Cadenas, pues ya fue designado con el mismo un tal Juan de Dios Domínguez, gaditano también, de San Fernando, y matador de toros, puesto que recibió la alternativa en Madrid, de manos de Cayetano Sanz, el 7 de julio de 1851.


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