lunes, 11 de agosto de 2014

RAFAEL OBISPO "MAERA"


El Cordobés Rafael Obispo Manjón, «Maera», puede decirse que fue un torero de vida accidentada. Su carácter inquieto le llevó varias veces a «cruzar los mares», sus carnes supieron del dolor de las cornadas, y aunque sólo sea por lo que su historia tiene de curiosa, aunque en su aspecto profesional como rehiletero no adquiriese demasiado relieve. Pero «Maera» supo «ir» con decisión a aquel toro de antaño y permanecer en activo hasta la edad de sesenta y seis primaveras. Lo cual no puede negársenos que también representa un mérito indiscutible. Rafael Obispo Manjón nació en Córdoba el 4 de marzo de 1888, en los primeros altos de su vida, se dedicó al oficio de carpintero. De ahí proviene su apodo. Era la época en que en Córdoba todos los muchachos querían ser toreros. «Maera» fue a las capeas con los chavales de su edad. Entre ellos estaban los célebres «California» y «El Pavo». Llegó a torear en algunos festejos, pero no conseguía su aspiración de destacar en la profesión. Corrían los años, y nuestro hombre ya había cumplido veinte cuando decidió «volar más alto». Y emigró de Córdoba. —Cierto día —me dice— salió de su casa para el taller de carpintería..., y volvió a los tres años. Se fue como polizón en un barco a Caracas (Venezuela). Sería por el año de 1913. — ¿Hizo suerte allí? —Tomo parte en varias corridas de toros a las órdenes de Rodolfo Gaona, Sánchez Mejías, «Celita», «Alcalareño» (padre), «Zapaterito» En 1916 regreso a España entonces ingreso en la cuadrilla de Enrique Rodríguez, «Manolete II». 

Plaza de toros que se improviso en Roma

Y toreo a las órdenes de muchos espadas. La temporada de 1919 fue a México con «Manolete II»; los años de 1921 y 1925 toreo en Guatemala y otros Estados, y en 1932 fue a Brasil, donde toreo la corrida inaugural de la Plaza de Porto Alegre, en la que actuaron Alejandro Sáez, «Ale» y el cordobés Rafael González Laguna sobrino de «Machaquito». En el año 1926 fue con los espadas Francisco López, «Parejito», de Lucena (Córdoba), y «Corchaíto» (hijo), de Córdoba, y los banderilleros Mariano Bejarano, «Moreno de la merced»; Diego Hornero, «Chatín», y “Maera”, todos también cordobeses fueron a torear a Italia, torearon en una Plaza portátil que se montó en Roma, y en otras ciudades se improvisaron los cosos taurinos en los estadios deportivos. A una de la, corridas celebradas en Roma asistió Mussolini. «Parejito» le brindó uno de sus toros, y le entregó la montera, naturalmente. 


Pues cuando volvió a recogerla le dijeron que el Duce quería quedarse con ella como recuerdo. Mas como no se había llevado más montera que aquélla, tuvo que negarse al requerimiento y rogarle que se la devolviera. A lo largo de su dilatada vida profesional sufrio percances que fueron muchos y graves. En Torreón (México) en el muslo izquierdo; en Córdoba, otra, en la ingle, en Pozoblanco también en la ingle; en Andújar, en la boca. .. «Maera» murió con más de 60 años en Córdoba donde se jubilo como conserje del matadero municipal.

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