martes, 5 de agosto de 2014

JUAN BALAÑA BONVEHI "JUANITO BALAÑA"



El número de rejoneadores catalanes es reducido, destacando en este escalafón y en el cómputo general de los mismos Juanito Balañá Bonvehi. Este Balañá, sobrino del gran don Pedro Balañá Espinós, nació en Barcelona, en el barrio de Sants, el día 8 de enero de 1929. En la carretera de Sants (números 272-274) tenían sus padres una vaquería, ubicada en dos casas de payés antiguas. Asimismo su padre, don Juan Balañá, tenía buen número de caballos, circunstancia esta última, que despertó al protagonista de esta semblanza, vivo interés por la equitación.
Esta afición se hace más obsesiva al advertir horizontes más amplios en 1940 cuando su padre se hace cargo del servicio de caballos de las plazas de Barcelona. Son los años de la posguerra con un elenco de consumados rejoneadores. Están y mandan Simao da Veiga, Álvaro Domecq, Paquito Mascarenhas y Conchita Cintrón. No ha olvidado aún Juanito Balañá que el primer caballo de rejones que montó era del portugués Simao da Veiga.
Dieciséis años tenía cuando el señor Ramírez le hace la impensada propuesta de rejonear. Animado el joven muchacho por el aval de sus buenas disposiciones como jinete, debutó en Vic el 15 de agosto de 1945 en una novillada mixta. En la parte seria rejoneó Balañá un novillo obteniendo una merecida oreja; actuando a continuación la parte cómica.
Aquella quimera se va convirtiendo en tangible realidad. Quince días después participó en un festival en una plaza improvisada en el cuartel de Vilanova,echando por primera vez, pie a tierra. Actuó este día Juanito Tarré. Estos días -seguimos en 1945- rejoneó en una plaza portátil instalada en Sitges. Fue en una novillada sin picadores y reincidió en lo de echar pie a tierra. Los días 9 y 10 de septiembre actuó en Olot.
Sus progresos eran notables y el 15 de octubre hizo su aparición en la plaza Monumental de Barcelona para actuar en un festival en honor del Cuerpo de Intendencia con motivo de su Santa Patrona. Participaron don Álvaro Domecq; Curro Caro y Carlos Arruza, dos novilleros, soldados del Cuerpo de Intendencia y, como decimos, el novel rejoneador Juanito Balañá se codeó, sin rubor, con los grandes de aquel planeta de los toros.


¡Y va de anécdota!.... El día 28 en Olot lidió a caballo un becerro que había nacido en Las Arenas. Curiosamente se metió al callejón entrando por un burladero.
Remozada abrió sus puertas la plaza de Carabanchel el 18 de julio de 1947. En esa función de reapertura está el rejoneador Juanito Balañá. El novillo que le soltaron de Pío Tabernero fue devuelto por manso y con otro astado del mismo ganadero cuajó una brillante actuación. Pie a tierra mató de un pinchazo y una estocada, dando la vuelta al ruedo. En lidia ordinaria estoquearon novillos del Conde de la Corte, Angel Soria, Gallito de Dos Hermanas y Juan Páez. Repitió el día 22 en la misma plaza en un festejo sin charanga, porque el coche que conduce a la banda se ha averiado.
El 28 de septiembre actúa en la plaza de Barcelona rejoneando con gran estilo un novillo-toro de los herederos de Alicio Cobaleda. Un crítico local ha escrito de Juanito Balañá: «Acepta la pelea en todos los terrenos. Toreo muy serio el suyo, muy clásico, de alma. Desaparecido Domecq de los ruedos, dentro de la trayectoria española es el mejor caballero en plaza que se presentó en nuestros ruedos. Dio la vuelta al ruedo entre lluvia de sombreros y flores después de su labor, en compañía del sobresaliente Francisco Navarro.» Alternaron Cagancho, Rafael Llorente y Pedro Robredo. El 22 de agosto de 1948 actuó en Santander, pro asilo de los ancianos, con Joaquín Pareja Obregón y los diestros Curro Caro, Morenito de Talavera y Niño de la Palma (hijo). Otra gran tarde redondea el 21 de agosto de 1949 en Barcelona. Lucida actuación la de Balañá con un toro de Pilar Quintela al que cortó una oreja. Resultó ser la nota más brillante del festejo.Se recreó en un juego bizarro con el peligro. Lució sus envidiables dotes de caballista clavando tres soberbios pares de banderillas cortas, que entusiasmaron al público. Actuaron Julián Marín, Luis Mata y Niño de la Palma (hijo). Repitió el 25 de septiembre y cortó otra oreja a un novillo de Figueroa. Acreditó, una vez más, su buen arte decaballero en plaza, saliendo limpio de cuantas suertes práctico. Actuaron los novilleros Aparicio, Jerónimo Pimentel y Antonio Ordóñez. El 24 de septiembre de 1950, alcanzó un nuevo éxito con vuelta al ruedo, en nuestra ciudad, rejoneando un toro de Leopoldo Lamamié de Clairac en último lugar. En lidia ordinaria actuaron Luis Miguel Dominguín, Paquito Muñoz y Manolo González.
El 23 de septiembre de 1951 toreó de nuevo en Barcelona en una corrida en la que, por ausencia de Litri -lesionado el día antes en Logroño- quedó en un mano a mano Luis Miguel Dominguín-Manolo González. Juanito Balañá rejoneó un toro de Juan Cobaleda y obtuvo un rotundo triunfo bajo todos los aspectos. En esta corrida puso el primer par de las cortas con un pañuelo.
En Ceret (Francia) rejoneó el 21 de septiembre de 1952. En lidia a pie alternaron Manolo Sevilla, Carriles y Victoriano Posada. Balañá rejoneó un novillo de Infanta da Cámara. Uno de sus caballos, el Noble, sufrió una grave cornada a consecuencia de la cual murió quince días después.
Ávido de mayores vivencias y bajo la dirección de Miguel Lluch actuó Juanito Balañá en la película La Montaña sin Ley. El rodaje del rejoneo se hizo en 1953 en Motilla del Palancar. Fue una película de aventuras y emoción con un fondo de humorismo. Intervinieron de primeros actores José Suárez, Isabel de Castro y Paco Martínez Soria.
Su intervención en el cine fue tan positiva que quiso ampliar tales experiencias y en 1955 marchó a San Francisco (Estados Unidos) donde actuó en varias funciones, a partir del 9 de agosto en el Cow-Palace.
El tomo VI Los Toros de Cossio en relación a estas funciones: «...Actuaron la torera mejicana Juanita Aparicio, el matador de toros Manolo Navarro, los rejoneadores Juanito Balañá -en cinco funciones- y Sebastián Sabater, el banderillero portugués Agostino Campino y el Indio Apache. Tuvo Juanito Balañá una lucida actuación y en uno de sus momentos más inspirados se adornó, partiendo las banderillas en la testuz del toro -costumbre muy peculiar en él- lo cual, considerado como una agresión a la res, fue motivo suficiente para imponerle al rejoneador una sanción de veinte dólares.»
Juanito Balañá tuvo su personalidad propia. Y en las plazas donde actuó dejó la impronta de su buen estilo como caballista y rejoneador. Le recuerdo y conservo una grata visión de su paso por Barcelona donde fue cabecera de cartel en las más destacadas combinaciones de su época.

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