miércoles, 28 de mayo de 2014

MATEO LOPEZ VAZQUEZ




El banderillero de toros Mateo López Vázquez, padre del que fue matador de toros Gabriel López (Mateíto) y del banderillero, luego empresario en México, Ramón López; decía en una semblanza el periódico Boletín de Loterías y de Toros, allá por el año 1856. "Catedrático en la calle, no lo es en la plaza; tal vez no lo deje por falta (le voluntad; pero no es sitio para repararse en pelillos. Sabe dónde se ponen los pares y cómo se debe correr un toro; pero si no se le da bien a las primeras, se descompone y sale por donde puede, sin ver por dónde va ni de dónde viene." Llamaba catedrático en la calle Carmona y Jiménez, con su pintoresco estilo, a Mateo López, porque éste era dicharachero, bullía mucho fuera de la plaza, lo mismo discurseando que corriendo juergas y echándoselas de mozo rumboso, y claro está que estas cualidades hicieron de él uno de los toreros pintorescos de antaño. Era de Madrid, donde nació el 21 de septiembre de 1825, y a los diez y nueve años, el 12 de febrero de 1844, salió a banderillear por vez primera en la plaza de dicha capital. Entonces, y hasta dos años después, se le conocía por el apodo de Chiriniba, pero luego se quedó en Mateo López, a secas, cuando le anunciaban en los carteles, y en Mateo mondo y lirondo cuando los aficionados y sus compañeros lo designaban, y tan antonomásticamente cuajo la designación que por esto a su hijo, el matador de toros, a pesar de llamarse Gabriel le colgaron el apodo de Mateíto, es decir, por ser el hijo de Mateo.


Como banderillero en corridas de tabla, se presentó Mateo López en Madrid el día 30 de Abril de 1849. en ocasión de actuar los diestros el Lavi, Salamanquino y Cayetano Sanz, y a partir de entonces figuró como tal rehiletero y peón en varias cuadrillas, siendo el citado Salamanquino, Pepete I y el Tato los espadas que más frecuentemente utilizaron sus servicios. El día 4 de agosto del año 1867 se celebró en Vitoria una corrida con seis toros de la ganadería navarra de Carriquirri y los espadas Cayetano Sanz y Paco Frascuelo, figurando como agregado a la cuadrilla del primero de dichos matadores. En quinto lugar salió el toro Cuartelero, colorado, ojo de perdiz, el cual después de la suerte de varas y al ser recortado por Mateo, volteó y derribó a éste, le volvió o coger cuando se incorporaba, y de aquella doble cogida sacó una cornada en la parte superior lateral derecha del cuello, la fractura del brazo del mismo lado y contusiones en la cara y en el pecho. Lo llevaron al hospital, y después de algunos días de permanencia en dicho benéfico establecimiento llegó a estar fuera de peligro, hasta el punto de ordenar los médicos que se levantase y tomara alimento; pero se excedió en la comida, sufrió una fiebre alta, se arrancó los vendajes en el delirio, y sobrevino a consecuencia de esto tan grande hemorragia, que el día 23 del expresado mes de agosto tomó el infortunado Mareo el camino de la eternidad. Y el antiguo Chirimba, después Mateo López, a secas, y, finalmente, antonomástico Mateo, dejó de ser bullidor, rumboso, juerguista y pinturero.

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