jueves, 17 de abril de 2014

"EL CHEPA" DE QUISMONDO

                                           

El 27 de Mayo del 1.912, en un nació en Quismondo un niño con deformidad. Columna vertebral torcida, muy torcida, que le conformaba una gran chepa. Le visitaron numerosos médicos y todos coincidían: " Nada que hacer para enderezar aquella torcida naturaleza, que caprichosamente le había tocado en desgracia" Antonio Rodríguez , que así se llamaba siguió viviendo entre miradas piadosas e irónicas..
El chepa, desarrolló una afición inusitada por los toros. Va a todos los festejos pueblerinos, que le es posible; hasta que decide ser torero, y se encamina a Madrid para aprender.
Pero nadie le daba la oportunidad de poder torear y cumplir su sueño, hasta que en 1.936, en el barrio madrileño de Tetuan de las Victorias, y por mediación de la selecta tertulia en la que él participaba y que tenía lugar en casa del matador Antonio Sánchez, con asistencia de IGNACIO ZULOAGA, Cossio y Cañabate, decidieron su intervención.
Cañabate decía "Este muchacho tiene la chepa llena de toros". Antonio Rodriguez agradeció a sus amigos la oportunidad que le dieron Y llegó la tarde-noche del acontecimiento. Sus compañeros de cartel, eran dos aspirantes como él.
                                           

El Chepa llegó a la plaza con su coche de motor, con sus banderilleros ya mayores, amoratados por la presión de sus ajustadas ropas y por el efecto de algún vinillo de frasca de más. Y llegó el momeno de El Chepa de Quismondo. El becerro era fuerte, nervioso, pronto, correoso, galopaba con celo su arrancada descompuesta. Las banderillas avivan su furia y el Chepa se planta a pie firme la áspera y agria embestida. El público sorprendido ve que aquello va en serio.
Otra arrancada con el mismo tono y otro parón del Chepa que no cede un ápice de su posición, los cuerpos se rozan en una peligrosa juntura y otro más con un público que le jalea entusiasmado ¿Será posible un joroba tan valiente ?. Por allí no es posible que pase por cuarta vez, y si pasó. Enorme encuentro, tremenda voltereta y caída de cabeza.

                                              

Le recogen aturdido, le levanta y grita: "Yo salgo a matarlo ", y salío tambaleando pero decidido. Se hizo de espada y muleta, se perfiló y más tieso que un huso le clavó la espada en lo alto.
El becerro rodó muerto, pero el Chepa cayo tripa arriba en la voltereta. Se abrió la puerta y un banderillero le entregó una oreja como premio. Días después IGNACIO ZULOAGA con su sensibilidad vió en el Chepa de Quismondo algo más que un hombre que quiso ser torero y le inmortalizó en un lienzo de gran formato.
(Crónica de Pepe Dominguin en el -Arte de Vivir-, Febrero de 1999)
Antonio Rodriguez, se ganaba la vida de peluquero, de vida bohemia, siempre decía a sus amigos y familiares: " Yo pasaré a la Historia ". Hoy en día su cuadro al óleo con la firma de I.Zuloaga, en gran formato, cuelga del MOMO de New York

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