miércoles, 22 de enero de 2014

Benigno Aguado de Castro


Matador de toros , nacido en Alcobendas (Madrid) el 16 de enero de 1925. se aficionó gracias a las tertulias taurinas que se convocaban en la sastrería de su tío, el célebre Sastre de Cazorla, en donde el joven Benigno ejerció de dependiente antes de decidirse a vestirse de luces. Animado por los taurinos que concurrían a dichas tertulias, Benigno Aguado se enfundó su primer terno de luces el día 14 de septiembre de 1942, en la pequeña localidad abulense de Navalperal de Pinares; pero, a pesar del ambiente taurino en que se desenvolvía, no consiguió los apoyos necesarios para que su nombre figurase en carteles de mayor proyección, lo que le condenó a foguearse por pequeñas plazas provincianas en las que su toreo pasaba inadvertido. Sin embargo, no desaprovechó la primera ocasión que le invitaba a darse a conocer en una plaza verdaderamente importante. 

En efecto, a finales de la temporada de 1943 consiguió un importante triunfo en una novillada que se celebró en las arenas de Zaragoza, lo que le permitió afrontar la campaña de 1944 en los puestos cimeros del escalafón novilleril. Así las cosas, durante aquel año intervino en treinta y cinco festejos, a pesar de que una grave cogida (sufrida en Bilbao, el día 8 de mayo) le tuvo apartado de los ruedos durante varias semanas. Con todo, aunque su nombre adquirió una resonancia que había de propiciar su doctorado en la campaña siguiente, cometió el error de no prodigarse en el ruedo de la Villa Corte, cuyas arenas sólo pisó el día 26 de octubre de 1944, en el transcurso de un festival. Tomó la mencionada alternativa el día 2 de abril de 1945, en las arenas de la Ciudad Condal, apadrinado por el matador madrileño José Mejías Jiménez ("Pepe Bienvenida"); el cual, bajo la atenta mirada del coletudo mejicano Carlos Ruiz Camino ("Carlos Arruza"), que comparecía en calidad de testigo, le cedió los trastos con los que había de acometer la lidia y muerte del toro Ignorante, marcado con el hierro de doña Carmen de Federico. También pudo dar fe del doctorado de Benigno Aguado de Castro el caballero rejoneador luso Simão da Veiga, que había encabezado el paseíllo de aquel festejo. Mes y medio después, Benigno Aguado compareció en la plaza Monumental de Las Ventas, dispuesto a confirmar ante sus paisanos las condiciones que le facultaban como doctor en tauromaquia. Corría, a la sazón, el día 15 de mayo de 1945, fecha en la que compartió cartel con el espada complutense Luis Gómez Calleja ("El Estudiante"), que hacía las veces de padrino, y con el matador sevillano José Martín-Vázquez Bazán ("Pepe -o Pepín- Martín Vázquez"), que atestiguó esta confirmación. Se jugó aquella tarde un encierro que había pastado en las dehesas de Buendía. 
Foto de 1947,junto a las grandes comediantes Argentinas Iris Marga y Faust Rocha.

 A partir de entonces, la suerte fue contraria a Benigno Aguado, un matador de toros que acusó como pocos el paso de novillero al escalafón superior. Durante aquella campaña de 1945 sólo firmó seis ajustes, y tres en la de 1946, para acabar toreando tan sólo dos corridas en la temporada siguiente. Remontó algo el vuelo en la campaña de 1949, en la que hizo el paseíllo en ocho ocasiones (aunque casi todas ellas en suelo portugués), para volver a firmar tan sólo dos contratos en 1949. Consciente de su decadencia, renunció a su doctorado y se propuso volver a iniciar su andadura torera en calidad de novillero, sin renunciar ahora a los compromisos con la plaza de Madrid, prueba ineludible para todo aquel que aspire a ser figura del toreo. Y, en efecto, a título de novillero volvió a hacer el paseíllo a través de la arena de la plaza Monumental de Las Ventas, el día 2 de abril de 1950. Pero ya no atesoraba la pujanza que le había adornado durante sus años mozos, y poco a poco fue quedando relegado por la afición, hasta que se cortó definitivamente la coleta.

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