sábado, 19 de octubre de 2013

GITANILLO DE TRIANA (CURRO PUYA) HABLA DEL MIEDO


"En Sevilla. El año veintisiete, en la primera corrida de matador de toros que toreaba en mi tierra. Se me ocurrió mirarle a la cara, y en lugar del toro, vi un tío muy raro que vas hacía gestos de rabia, como diciéndome: «¡Te cojo, morral!» «Si me dejo», contesté yo. Y el toro empezó a mover la cabeza como convenciéndome de que me dejara coger. Y ya desde aquel momento no respiré hasta que lo vi muerto. —-Figúrese. El estaba dispuesto a darme una cornada, y yo a no dejarme coger. —Se murió porque quiso. Yo podría jurar que no le maté. Perdí la cuenta de los pinchazos que le di; que a él le dolerían mucho, pero a mí me costaron sudores de muerte —'Llevo muchas medallas. Pero en la que tengo más fe es en la del Cristo del Gran Poder. Ahora, que ninguna de ellas me ha evitado una cornada. —Yo tenía un muñeco negro, y creía en él ciegamente. Antes de ir a la plaza lo cogía y le levantaba los brazos al cielo. Si el negro los mantenía así, sin caer, éxito seguro. Pero cuando los bajaba, se me caían a mí las alas del corazón: ¡bronca segura! Hasta que en México, una tarde cogí al muñeco e intenté como siempre que me diera la suerte. Pero se conoce que ese día estaba neurasténico y no hubo modo de que levantase los la plaza. Cuando salí de casa iba yo que se me podía ahogar con un pelo. ¡Menuda silba me iba a ganar! FEO «i no tenía que salir custodiado para que no me pegaran. . . En este estado de ánimo salí a torear, armado de resignación cristiana... y ¡gané la oreja de oro en esa corrida! Excuso decirle a usted que el negro salió por el balcón."
http://gestauro.blogspot.mx/2011/09/toreros-gitanos-3-curro-puya.html

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